Son dos fórmulas distintas, pero la misma idea: Buscar la eficiencia operativa de la organización.
UNO.
Hace poco me encontré con esta conclusión en el blog de Enrique Dans:
«La historia de Snapchat me resulta atractiva por dos razones fundamentales: primero, porque en el mundo del emprendimiento tecnológico se suele tender a sobrevalorar las ideas y minusvalorar la capacidad de ejecución. Abundan las historias de fundadores que fueron brillantes a la hora de definir la idea, pero que después terminaron fallando en su ejecución y poniendo a un directivo profesional y con más experiencia al frente…»
Articulo completo: La importancia de la capacidad de ejecución
En algún otro lugar leí esta historia:
«En 2002, Sir Dave Brailsford se hizo cargo del equipo nacional de ciclismo de Reino Unido. Desde 1908 hasta 2002 el equipo ciclista tan solo había levantado una única medalla de oro en unos Juegos Olímpicos. De su mano llegaron dos medallas de oro en Atenas 2004 y otras ocho preseas del mismo metal entre Pekín y Londres, cuatro años después. En 2010 se hizo cargo del equipo Sky consiguiendo los Tours de Francia de 2012, 2013, 2015 y 2016.»
En ambos casos lleva a preguntarse ¿cómo lo lograron?

La recomendación:
Deconstruyendo en partes sencillas cada uno de los sub procesos y procedimientos que forman parte de un proceso (Modelo AS IS), permite ver si algunas actividades no son productivas y pueden eliminarse o sustituirse por otras o por tecnología que si lo sean afectando así a la productividad del proceso. Entonces, mejorando un 10% por ciento, la mejora es mucho más sencilla de implementar (Modelo TO BE) y los resultados terminaran llegando. Cambiar complejidad por sencillez, pequeñas mejoras sobre grandes cambios. Hacerlo de esta manera se puede tildar de una buena ejecución.
La contra parte es que estas pequeñas ganancias marginales no dan resultado en el corto plazo sino a medio y largo plazo.
La sencillez suele ser la manera más eficaz de mejorar.
Gustavo Ortega